
El término “dispepsia”, popularmente referida como digestión pesada, se utiliza para describir cualquier tipo de molestia digestiva como el dolor abdominal, el reflujo gastroesofágico, el sabor desagradable de la boca, el ardor estomacal, la sensación de hinchazón abdominal, la producción de eructos, la flatulencia y los borborigmos (ruidos en el intestino) 5,6.
La “dispepsia funcional” se define como aquélla que no está relacionada con alteraciones orgánicas (gastritis, esofagitis por reflujo), infecciosas (infección por Helicobacter pylori), metabólicas (hipotiroidismo, acidosis) o inducidas por fármacos. Tiene su origen en una percepción anómala de la persona o en una alteración de la función del tracto digestivo superior 7. Una de las causas principales de dispepsia funcional es la edad. Como hemos comentado anteriormente, el envejecimiento natural de algunos órganos resulta en la disminución en la producción de enzimas digestivas, lo que va afectar la calidad de la digestión. Sin embargo, este trastorno digestivo no es exclusivo de las personas mayores. La población más joven también suele presentar síntomas de dispepsia funcional, normalmente inducidos por factores comportamentales y psíquicos, tales como 7,8 :
- Adopción de una dieta pobre en fibras y ricas en alimentos procesados.
- Mala masticación de los alimentos debido a hábitos de alimentación apresurada.
- Desorden en los horarios de las comidas.
- Consumo elevado de café.
- Ansiedad y estrés frecuente. El estado psíquico produce alteraciones motoras, del flujo sanguíneo y secretoras en el aparato digestivo, que afectan la digestión.
- Falta de ejercicio físico y obesidad. La falta de fortalecimiento muscular en la zona abdominal y el exceso de peso, condicionan la relajación de la pared muscular del abdomen, contribuyendo a la ralentización de la motilidad gastrointestinal.
- El tabaquismo, el alcohol y el consumo excesivo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides.
La intervención terapéutica clásica incluye el uso de antiácidos, procinéticos, antagonistas de los receptores H2 de la histamina, inhibidores de la bomba de protones y antidepresivos 8,9. En caso menos graves, la terapia con enzimas digestivas ha sido estudiada como una alternativa viable y más segura. De hecho, algunos estudios sugieren que el consumo de preparaciones multienzimáticas como el DIGELIT, es beneficiosa para reducir los síntomas de flatulencia, hinchazón abdominal, eructos y la pesadez postprandial 10,13.