Un estudio en Nutrients publicado en 2025 revisó de forma amplia la evidencia sobre dieta, nutrición y síntomas de covid persistente en adultos. Los autores analizaron 50 estudios en más de 20 países y observaron que cerca del 76 por ciento describía mejoría de fatiga, estado de ánimo, función física o marcadores inflamatorios cuando se cuidaba la alimentación o se utilizaban estrategias nutricionales específicas.
El trabajo se centró en personas con síntomas que duraban al menos tres meses tras la infección por SARS-CoV-2. Para este grupo, la nutrición no fue un detalle secundario, se relacionó con menos inflamación, mejor tolerancia al esfuerzo y una sensación de recuperación más sólida. Para quien convive con secuelas tras una infección, el mensaje es claro, lo que se come cada día puede marcar la diferencia en cómo se siente el cuerpo a medio plazo.
La revisión muestra que la nutrición influye en la trayectoria de la covid persistente
La revisión es de tipo panorámico, conocida como revisión de alcance, y siguió guías metodológicas internacionales. Los investigadores partieron de más de 3000 referencias y, tras filtrar por criterios de calidad y relevancia, seleccionaron 50 estudios con adultos que presentaban síntomas prolongados tras la infección.
Incluyeron 23 estudios observacionales y 27 intervenciones, entre ellas ensayos clínicos. Se evaluaron desde vitaminas y minerales hasta patrones dietéticos completos como la dieta mediterránea. En conjunto, la mayoría de trabajos describió cambios que los autores consideran clínicamente relevantes, sobre todo en fatiga, capacidad funcional y marcadores de inflamación, aunque la calidad metodológica fue variable y aún se necesitan ensayos más grandes.
Inflamación, metabolismo y microbiota intestinal son ejes clave en la recuperación
La revisión describe que la covid persistente se asocia con inflamación mantenida, alteraciones del metabolismo energético y cambios en la microbiota intestinal. Esto se traduce en cansancio fácil, molestias digestivas, niebla mental y peor tolerancia al ejercicio, incluso meses después de la infección aguda.
Los estudios incluidos muestran que ciertos patrones de alimentación, ricos en frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, se relacionan con menos marcadores inflamatorios y mejor perfil cardiometabólico. También se observaron mejoras con intervenciones dirigidas a la microbiota, como probióticos o dietas que aumentan la fibra fermentable, lo que sugiere que el eje intestino sistema inmune tiene un papel central en la recuperación.
Hábitos de vida que apoyan la recuperación tras una infección prolongada
Los autores destacan que la base es una alimentación de calidad, con prioridad para alimentos frescos y mínimamente procesados. Un patrón cercano a la dieta mediterránea, con abundancia de vegetales de colores variados, frutas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva, se asoció con mejor control de la inflamación y del peso corporal.
También resultó importante asegurar una ingesta suficiente de proteínas para preservar la masa muscular, sobre todo en personas que pasaron por hospitalización o reposo prolongado. Mantener actividad física adaptada al nivel de energía, cuidar el descanso nocturno, limitar el alcohol y evitar el tabaco completan un enfoque integral que apoya los procesos de reparación del organismo tras infecciones intensas.
Cómo encaja Vitamina C y Zinc de Nutribiolite en este enfoque nutricional
Aunque la revisión se centra en patrones dietéticos y diferentes nutrientes, refuerza una idea clave, los micronutrientes que participan en la función inmunitaria y en la protección frente al estrés oxidativo son especialmente relevantes tras infecciones virales. Entre ellos destacan la vitamina C y el zinc, presentes de forma habitual en la alimentación y, en algunas personas, también a través de complementos alimenticios.
La vitamina C participa en la protección de las células frente al daño oxidativo y en el funcionamiento normal del sistema inmunitario. El zinc contribuye al mantenimiento de defensas normales y a la síntesis de proteínas, procesos que cobran importancia cuando el organismo se recupera de una agresión prolongada. Un complemento que combine vitamina C y zinc puede tener sentido para adultos que ya cuidan su dieta y actividad física y desean un apoyo fisiológico adicional en etapas de mayor demanda.

Complemento con vitamina C y zinc pensado para adultos que cuidan su estilo de vida y buscan un apoyo nutricional adicional.
Resumen práctico, nutrición, micronutrientes y recuperación tras infecciones
La revisión en adultos con covid persistente muestra que la nutrición puede modular síntomas como fatiga, estado de ánimo y capacidad funcional. No se trata de una única vitamina, sino de un enfoque completo que combina patrón dietético, estado nutricional y, en algunos casos, apoyo con complementos específicos.
Cuidar la alimentación diaria, priorizar alimentos de alta calidad nutricional y considerar el papel de micronutrientes como la vitamina C y el zinc forma parte de una estrategia realista para apoyar la recuperación. Este contenido es informativo y no sustituye el consejo de un profesional sanitario.
Preguntas frecuentes
¿Qué aporta la revisión sobre nutrición y covid persistente a la vida diaria
La revisión indica que la calidad de la dieta y el estado nutricional se asocian con menos fatiga, mejor función física y menor inflamación en personas con covid persistente. Sugiere que cuidar la alimentación puede ser una pieza relevante dentro de un plan de recuperación amplio.
¿Por qué se habla tanto de micronutrientes en la recuperación post viral
Vitaminas y minerales participan en defensas, reparación de tejidos y control del estrés oxidativo. Tras una infección intensa, las demandas del organismo aumentan y un buen aporte de estos nutrientes, preferentemente desde la dieta y, en algunos casos, con apoyo de complementos, puede ser útil a nivel fisiológico.
¿La vitamina C y el zinc curan la covid persistente
La evidencia disponible no apoya hablar de curación con micronutrientes. Lo que muestran los estudios es que un estado nutricional adecuado, que incluya vitamina C y zinc dentro de un patrón dietético equilibrado, se asocia con una mejor respuesta del organismo y con trayectorias de recuperación más favorables.
¿Tiene sentido usar un complemento de vitamina C y zinc si ya cuido mi dieta
En adultos que siguen una alimentación variada, un complemento de vitamina C y zinc puede considerarse como apoyo adicional en etapas de mayor demanda fisiológica, por ejemplo tras infecciones o periodos de estrés. Siempre debe entenderse como complemento de los hábitos de vida, no como sustituto de una dieta equilibrada.
¿Qué otros hábitos apoyan la recuperación además de la nutrición
La revisión destaca la importancia de combinar una buena alimentación con actividad física adaptada, descanso suficiente, manejo del estrés y seguimiento médico adecuado. Este enfoque integral parece más eficaz que centrarse solo en un nutriente o en una única intervención.









