Un estudio en Nutrients publicado en 2025 examinó más de sesenta trabajos sobre ácidos grasos omega 3 en personal militar adulto. Esta revisión sistemática analizó cómo el consumo de EPA y DHA, los omega 3 marinos, se relaciona con rendimiento físico, recuperación tras el esfuerzo, salud cardiovascular y función cognitiva en contextos de alta exigencia.
Los resultados apuntan a beneficios especialmente claros en tres frentes, función cardiopulmonar, recuperación del ejercicio y rendimiento mental bajo presión. Para una persona adulta con mucha carga física o cognitiva, el mensaje es directo, tener un buen estatus de omega 3 puede marcar diferencias en resistencia, claridad mental y capacidad de recuperación.
Qué analizó la revisión sobre omega 3 en personal militar y por qué importa
La revisión recopiló estudios publicados entre 2006 y 2024 que midieron el estado de omega 3 o usaron suplementos con EPA y DHA en adultos que realizan tareas militares. Se incluyeron ensayos controlados y estudios observacionales, con dosis muy variadas, desde cantidades moderadas hasta varios gramos diarios.
Los autores agruparon los resultados en cinco áreas, función cardiopulmonar, recuperación del ejercicio, rendimiento cognitivo, recuperación de lesiones y fuerza y potencia. Las evidencias más consistentes aparecieron en la mejora de parámetros cardiovasculares, en una recuperación muscular algo más eficiente y en indicadores de atención y velocidad de reacción. Los efectos no fueron milagrosos, pero sí coherentes con la fisiología conocida de los omega 3 en corazón, músculo y cerebro.
Cómo actúan los omega 3 marinos en corazón, músculo y cerebro
Los omega 3 EPA y DHA se incorporan a las membranas de las células del cuerpo, especialmente en el corazón, el músculo y el sistema nervioso. En el plano cardiovascular, varios estudios mostraron descensos ligeros de la frecuencia cardiaca en reposo y durante el ejercicio, junto con una mejor recuperación del pulso tras esfuerzos intensos.
Esto se interpreta como un corazón que necesita menos latidos para bombear la misma cantidad de sangre, algo valioso en esfuerzos repetidos. También se observaron aumentos de óxido nítrico, una molécula que favorece la vasodilatación y el flujo sanguíneo, y en algunos casos mejoras discretas en el consumo máximo de oxígeno, una medida de capacidad aeróbica.
En el músculo, los omega 3 se relacionaron con menor aumento de marcadores de daño muscular y con menos dolor tardío tras entrenamientos exigentes, aunque los resultados fueron variables. Parte de este efecto se debe a una modulación de la inflamación y del estrés oxidativo, lo que facilita que el tejido muscular se recupere entre sesiones.
En el cerebro, el DHA destaca de forma especial. Es un componente estructural clave de las membranas neuronales y de las sinapsis. Varios estudios incluidos en la revisión describieron mejoras en tiempos de reacción, atención sostenida y procesamiento de información en personas suplementadas con DHA y EPA, sobre todo en contextos de alta carga física y mental.
Hábitos diarios para apoyar el rendimiento físico y mental con omega 3
El propio artículo recuerda que la base del estatus de omega 3 está en la alimentación. Para un adulto sano, el primer paso es acercarse a dos o tres raciones semanales de pescado azul, como sardina, caballa, arenque o salmón, y reducir el exceso de grasas saturadas y ultraprocesados.
En el plano del rendimiento, conviene cuidar la periodización del esfuerzo y el descanso. Alternar días de alta intensidad con días de recuperación activa, dormir lo suficiente y mantener una hidratación adecuada ayuda a que cualquier apoyo nutricional tenga sentido fisiológico. El omega 3 no sustituye estas bases, las acompaña.
También es útil vigilar otros factores que influyen en inflamación y estrés oxidativo, como el tabaco, el alcohol en exceso o una vida muy sedentaria. Una dieta rica en verduras, frutas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva complementa el papel de los omega 3 y crea un entorno metabólico más favorable para el corazón, el músculo y el cerebro.
Cómo un complemento de DHA y fosfatidilserina encaja con esta evidencia sobre rendimiento cognitivo
La revisión en población militar se centra en EPA y DHA, los omega 3 marinos que también protagonizan muchos complementos destinados al rendimiento mental. Dentro de esta familia, el DHA tiene un papel especialmente relevante en el cerebro, donde se integra en las membranas de las neuronas y favorece la comunicación entre ellas.
La fosfatidilserina es un fosfolípido que forma parte de esas mismas membranas neuronales y participa en procesos de señalización y plasticidad sináptica. Cuando se combina DHA procedente de aceite de pescado con fosfatidilserina, se busca apoyar de forma sinérgica la estructura y el funcionamiento de las células nerviosas, algo alineado con los hallazgos de la revisión sobre atención, tiempo de reacción y procesamiento de información bajo demanda.
En personas adultas con alta carga mental, que trabajan muchas horas frente a pantallas o que necesitan mantener concentración y agilidad cognitiva, un aporte adicional de DHA de origen marino y fosfatidilserina puede tener sentido dentro de una rutina que ya cuida alimentación, descanso y movimiento. Se trata de reforzar rutas fisiológicas que el propio estudio destaca, membranas neuronales ricas en DHA y un entorno inflamatorio más equilibrado.

Complemento de omega 3 marino rico en DHA combinado con fosfatidilserina, pensado para adultos que desean apoyar su rendimiento cognitivo diario.
Resumen práctico del estudio y del papel de los hábitos
La revisión en Nutrients muestra que mantener un buen estatus de omega 3 marinos se asocia con un corazón algo más eficiente, una recuperación muscular potencialmente más llevadera y una mejor respuesta cognitiva en contextos de alta exigencia como el entorno militar.
Para la vida diaria, el mensaje central es combinar tres pilares, alimentación rica en pescado azul y alimentos vegetales, rutina de ejercicio y descanso bien estructurada y, cuando tiene sentido, apoyo con complementos que aporten DHA y otros componentes de membrana neuronal como la fosfatidilserina. Todo orientado a sostener el rendimiento físico y mental a largo plazo.
Este contenido es informativo y no sustituye el consejo de un profesional sanitario.
Preguntas frecuentes
¿Qué aporta el DHA marino al rendimiento cognitivo diario
El DHA es un ácido graso que se integra en las membranas de las neuronas y favorece la comunicación entre ellas. Un estatus adecuado de DHA se ha asociado con mejor atención, velocidad de reacción y procesamiento mental, especialmente en situaciones de alta demanda cognitiva.
¿Qué papel tiene la fosfatidilserina en la función cerebral
La fosfatidilserina forma parte de la estructura de las membranas neuronales y participa en procesos de señalización y plasticidad. Al combinarla con DHA marino se apoya tanto la arquitectura física de la neurona como su capacidad para transmitir información de forma eficiente.
¿En qué se relaciona este estudio militar con la vida de una persona activa
Aunque el foco del estudio son militares, comparten con muchas personas activas una alta exigencia física y mental. Los hallazgos sobre función cardiopulmonar, recuperación y rendimiento cognitivo ofrecen pistas útiles para cualquier adulto que busque sostener su energía y claridad mental con ayuda de los omega 3.
¿Basta con la dieta para cubrir las necesidades de omega 3
La revisión recuerda que muchas personas no alcanzan las dos o tres raciones semanales de pescado azul recomendadas. La base es siempre mejorar la alimentación y, cuando esto no es suficiente o no es práctico, se puede valorar un complemento rico en DHA y otros componentes de membrana neuronal.
¿Para quién puede tener sentido un complemento con DHA y fosfatidilserina
Puede ser una opción para adultos que ya cuidan su dieta, hacen ejercicio y desean un apoyo adicional para su rendimiento cognitivo. Especialmente en etapas de alta carga mental o física, donde mantener claridad, atención y buena capacidad de recuperación es una prioridad.









