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Nutribiolite Omega 3

Omega-3 + Vit D3 + Vit K2: La combinación perfecta

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Nutribiolite Omega 3

OMEGA-3+D3+K2-7: la combinación perfecta

Nutribiolite OMEGA-3+D3+K2-7 es una fórmula que aporta aceite de pescado altamente concentrado en ácidos grasos poliinsaturados Omega-3, vitamina D3 y vitamina K2-7.

Composición:

  • 1000 mg de aceite de pescado de agua fría OMEGATEX®, de calidad premium y grado farmacéutico, con un mínimo de 80% de ácidos grasos poliinsaturados esenciales omega-3 totales, con 50% de EPA (ácido eicosapentaenoico) y 25% de DHA (ácido docosahexaenoico).
  • 1000 UI (500% de VRN) de vitamina D de DSM Nutritional products®, bajo la forma de colecalciferol o vitamina D3. Esta es la forma más efectiva de la vitamina D debido a su conversión más eficiente en calcifediol en el organismo. La otra forma de vitamina D es la vitamina D2 o ergocalciferol. La potencia de la vitamina D2 es menos de un tercio de la de la vitamina D3 y su acción en el organismo es más corta [1].
  • Vitamina K2 de K2VITAL® (67% de VRN), en una dosis segura para una suplementación diaria. Esta vitamina viene bajo la forma de menaquinona-7 (MK-7 o K2-7) que es la forma más biodisponible de vitamina K.

En este artículo de divulgación, se hace un pequeño resumen de algunos artículos científicos recientes, publicados en revistas de la especialidad con revisión por pares, que describen las propiedades benéficas de la suplementación combinada de estos tres nutrientes.

Los ácidos grasos esenciales Omega-3 y Omega-6

Los ácidos grasos poliinsaturados (AGPs) esenciales son micronutrientes muy importantes, que no pueden ser sintetizados por el organismo, y por tanto deben obtenerse de manera exógena (externa), a través de la dieta. Estos micronutrientes esenciales se clasifican en AGPs omega-3 y AGPs omega-6, según sus características estructurales (la ubicación del carbono involucrado en el primer doble enlace a contar desde el extremo de la cadena de carbonos). Los ácidos grasos omega-9 son monoinsaturados y no son esenciales, ya que pueden ser sintetizados en el organismo humano.

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Los AGPs omega 3 y omega 6 son importantes componentes estructurales de los fosfolípidos de las membranas celulares. Son también necesarios para el correcto funcionamiento del organismo y es por ello que es importante que los incorporemos en la dieta en las proporciones adecuadas. Desafortunadamente, a lo largo de la evolución humana, hemos cambiado drásticamente las proporciones consumidas de AGPs omega-3 y omega-6. Este cambio ha contribuido a la epidemia de las enfermedades modernas. Las ingestas elevadas en AGPs omega-6 se asocian con un aumento en la incidencia de las enfermedades inflamatorias, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, la obesidad, enfermedades autoinmunes, asma y depresión, entre otras. Así pues, debido a que nuestras dietas ya están inclinadas hacia un mayor consumo de AGPs omega-6, debemos no solamente aumentar la cantidad de AGPs omega-3 en nuestra dieta, sino disminuir progresivamente la ingesta de AGPs omega-6, eliminando los alimentos procesados y reduciendo el consumo de aceites vegetales como el de soja, maíz y girasol. Así podremos restaurar el equilibrio AGPs omega-3/omega-6, esencial en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas.

Las propiedades antiinflamatorias del DHA y EPA

El primer exponente de los AGPs omega-3 es el ácido α-linolénico (ALA) el cual, vía enzimas Δ-5 y Δ-6 desaturasas y elongasas, se puede transformar en el ácido eicosapentaenoico (EPA) y, posteriormente, en el ácido docosahexaenoico (DHA). Los AGPs EPA y el DHA en general participan en vías metabólicas que tienen como producto final las prostaglandinas de la serie 3, que presentan actividad anti-inflamatoria. De hecho el EPA y el DHA han sido el foco de interés de un gran número de investigaciones, producto de sus bien caracterizados efectos antiinflamatorios y citoprotectores [2-4]. Al contrario, los AGPs omega-6 participan en vías metabólicas que terminan en la síntesis de agentes pro-inflamatorios. El primer exponente de los AGPs omega-6 es el ácido linoleico (LA) que se transforma en acido araquidónico (AA), que a su vez deriva en una familia de metabolitos pro-inflamatorios, como la prostaglandinas de la serie 2, un potente mediador de la infamación, del dolor y de la fiebre, que son los que finalmente ejercen el efecto neto pro-inflamatorio de los AGPs omega-6 [5, 6].

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Las dietas ricas en EPA y DHA provenientes de los AGPs omega-3 aumentan la proporción de estos en las membranas celulares, particularmente en los linfocitos lo cual, además de reducir el contenido en acido araquidónico (AA) del omega-6 en las membranas de estas células por un efecto de competencia, disminuye la generación de los productos pro-inflamatorios derivados de este [7, 8]. La suplementación dietaría con EPA y DHA también es capaz de reducir la producción de citoquinas pro-inflamatorias, tales como la interleuquina-1, la interleuquina-6, la interleuquina-8 y el factor de necrosis tumoral-α (TNF-α), que se liberan cuando los macrófagos y monocitos son activados [9]. El exceso de actividad de estas sustancias contribuye a la inflamación patológica, situación observada en la inflamación intestinal crónica [10], en la artritis reumatoide [11], entre otras patologías inflamatorias. El TNF-α tiene un rol importante en el desarrollo de caquexia en pacientes con cáncer [12]. En este sentido, la suplementación dietaría con EPA y DHA puede reducir la producción de citoquinas infamatorias y los efectos del TNF-α [13].

Los AGPs omega-3 se encuentran principalmente en el pescado (especialmente pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas) y en mariscos. Las nueces y semillas también, poseen AGPs omega 3, sin embargo, son compuestos sobre todo por el ácido α-linolénico (ALA). El ALA debe convertirse en EPA o DHA antes de que su cuerpo pueda utilizarlo para algo más que simplemente producir energía. Sin embargo, este proceso de conversión es ineficaz en humanos. Solo un pequeño porcentaje de ALA se convierte en EPA, y aún menos en DHA [14-17].

En el año 2012, el Panel Científico sobre Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) emitió una nueva opinión sobre el nivel máximo de ingesta de EPA y DHA, donde concluía que ingestas suplementarias de EPA y DHA combinadas a dosis de hasta 5 g/día, ingestas suplementarias de EPA de hasta 1,8 g/día e ingestas suplementarias de DHA de hasta 1 g/día, no suponen un riesgo de seguridad para la población adulta [18, 19]. Además, ha recomendado una toma diaria de EPA y DHA, basado en consideraciones de riesgo cardiovascular, para adultos europeos entre 250 mg y 500 mg al día [19].

La calidad Premium del aceite de pescado de Nutribiolite OMEGA-3+D3+K2-7

El aceite de pescado de nuestro producto OMEGA-3+D3+K2-7 es de calidad PREMIUM y altamente concentrado en EPA y DHA. Cada dosis proporciona 500 mg de EPA y 250 mg de DHA, de acuerdo con las recomendaciones de ingesta diaria de la EFSA. Además la fórmula de OMEGA-3+D3+K2-7 proporciona también las vitaminas D3 y K2-7, de las que hablaremos a continuación, y que atribuyen a nuestro producto un efecto beneficioso y sinérgico, de acuerdo con lo descrito en la bibliografía científica más reciente.

La mayoría de los complementos alimenticios a base de aceite de pescado, presentan una concentración de AGPs omega-3 del 35% al 50%. Es decir, por cada 1000 mg de aceite de pescado, usted estaría consumiendo en realidad solamente entre 350 mg a 500 mg de AGPs omega-3. El aceite de pescado del Nutribiolite OMEGA-3+D3+K2-7 es de calidad premium y  grado farmacéutico de la marca OMEGATEX® y  se obtiene a partir de un método avanzado de purificación y extracción denominado FLUTEX® que combina tecnologías de innovación en el campo de la química verde. Esta tecnología permite extraer, purificar, separar y concentrar los AGPs Omega-3, alcanzando la concentración final mínima del 80%. En este proceso no se usan disolventes, altas temperaturas u otras condiciones agresivas. De esta forma, se obtiene un producto altamente concentrado en AGPs omega-3 y con una elevada pureza, comparativamente con otros procedimientos químicos que crean isómeros y otros contaminantes. Además, es importante referir que este ingrediente es producido en España, por la empresa SOLUTEX ®, una de las empresas más importante en el sector de la producción de aceite de pescado a nivel mundial.

El aceite de pescado Nutribiolite OMEGA-3+D3+K2-7 permite un elevado grado de eficacia en la suplementación. Debido a su elevada concentración en EPA (50%) y DHA (25%), en solo 1000 mg de aceite de pescado, y utilizando las muy cómodas cápsulas softgel, nuestro producto proporciona 800 mg de omega-3 totales, 500 mg de EPA y 250 mg de DHA. De esta forma, conseguimos ofrecer a nuestros clientes una suplementación fácil, cómoda y siguiendo las recomendaciones de la EFSA cuanto al aporte de EPA y DHA, mencionadas anteriormente.

Además, el OMEGA-3+D3+K2-7 está también constituido por vitamina D en forma de colecalciferol o vitamina D3 con 1000 UI/dosis (UI = unidades internacionales), que corresponde al 500% del VRN (VRN = valores de referencia de el nutriente). Nuestro proveedor de vitamina D3 es DSM Nutritional products, una empresa de referencia mundial en el sector de la producción de vitaminas, con sede en los Países Bajos.  Como «guinda del pastel», el producto lleva también vitamina K de la marca  K2VITAL®, de KAPPA BIOSCIENCE, una empresa noruega y proveedor mundial exclusivo de vitamina K2 en la forma bioactiva de menaquinona-7 o MK-7 .

La combinación de AGP Omega-3, vitamina D y vitamina K para la salud mental

Aproximadamente el 60% del cerebro humano es grasa, lo que hace que los AGPs omega-3 EPA (ácido eicosapentaenoico) y especialmente DHA (ácido docosahexaenoico) sean críticos para el desarrollo y la función del cerebro. Estos micronutrientes son parte constituyente de los fosfolípidos, los principales componentes de las membranas celulares.

El DHA es particularmente abundante en el cerebro, la retina y otros tejidos nerviosos. Debido a su composición altamente insaturada, el DHA adopta una forma tridimensional diferente a otros ácidos grasos, lo que otorga a las membranas celulares una mayor permeabilidad y flexibilidad estructural. Este es un factor muy importante, especialmente en este tipo de tejidos, ya que permite un correcto flujo de neurotransmisores entre células nerviosas, así como cambios conformacionales en las proteínas de membrana, factor fundamental para la eficiencia de la transducción de señales [20]. De hecho, los estudios científicos muestran que una concentración baja de DHA en el cerebro se asocia con una reducción de la neurotransmisión de dopamina y serotonina [21, 22], que se ha relacionado con varios problemas mentales como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). [23-26]. Afortunadamente, también existe evidencia científica sobre la relación entre la suplementación con omega-3, el aumento de las concentraciones de DHA y EPA en las membranas celulares y la mejora de los síntomas del TDAH [27, 28].

Sobre la base de varios estudios científicos, se ha demostrado el efecto protector de los AGPs DHA y EPA sobre las células nerviosas, tanto en estudios en humanos [29] como en animales [30] y sus mecanismos de acción se han investigado con mayor detalle en modelos celulares in vitro [31]. Por ejemplo, en un interesante estudio con ratas portadoras de diabetes mellitus, la suplementación con AGPs omega-3 (específicamente el DHA) permitió prevenir el deterioro anatomofuncional en las neuronas, cuadro característico de la neuropatía diabética [32], y también reducir el daño oxidativo y los problemas de aprendizaje (modelo en el laberinto acuático de Morris) en ratas con lesión cerebral traumática [33]. En otro estudio, ratas alimentadas con una dieta pobre en DHA, padecían de trastornos de aprendizaje y de la función cognitiva, efectos que se revirtieron al recuperar la suplementación con DHA [34].

Otro estudio interesante se ha centrado en los efectos neuroprotectores de los AGPs omega-3 en la enfermedad de Alzheimer, debido a que los pacientes de esta enfermedad tienen bajos niveles de DHA plasmáticos y en sus membranas celulares [35]. En un estudio con ratones se verificó que administración de una dieta enriquecida con AGPs omega-3 (EPA + DHA) era capaz de producir una reducción importante en la acumulación del péptido β-amiloide, un péptido con acciones neurotóxicas que está relacionado con la enfermedad de Alzheimer [36]. Actualmente se propone la utilización de los AGPs omega-3 DHA y EPA como parte del tratamiento de múltiples neuropatologías, como la neuropatía diabética, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson [37, 38], la esclerosis múltiple [39] y la depresión [40].

El DHA es fundamental en la concepción, crecimiento y desarrollo del embrión y del bebé. Varios estudios han verificado su importancia sobre el desarrollo visual y neurológico de los niños. Los programas PeriLip y EARNEST de la Unión Europea recomiendan un consumo mínimo de DHA durante el embarazo y lactancia de 200 mg/día, habiéndose constatado que ingestas de hasta 1000 mg DHA/día son seguras. Una dosis adecuada para una embarazada o mujer en periodo de lactancia es de aproximadamente 500 mg DHA/día.

La producción de serotonina y los trastornos mentales:

La serotonina es un neurotransmisor fundamental del sistema nervioso. Los procesos comportamentales y neuropsicológicos modulados por la serotonina incluyen: estado de ánimo, percepción, recompensa, ira, agresión, apetito, memoria, sexualidad y atención. Niveles bajos de serotonina están implicados en diferentes enfermedades mentales como la depresión, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo, trastorno bipolar y esquizofrenia [41,42]. Incluso los diversos aspectos del comportamiento tales como la toma de decisiones y la impulsividad están vinculados a este neurotransmisor vital. Debido a la importancia de este neurotransmisor, la comunidad científica viene abordando este problema con el fin de investigar qué factores pueden influir en su producción en el organismo. En este sentido, se descubrió que la vitamina D es fundamental para regular la conversión del triptófano (un aminoácido esencial) en serotonina. Además, se ha verificado que el EPA del omega-3, aumenta la liberación de serotonina de las neuronas presinápticas al reducir las prostaglandinas de la serie 2, contrarrestando el efecto de las señales inflamatorias en el cerebro, que inhiben la liberación de este neurotransmisor. El DHA también participa en la acción de diversos receptores de serotonina, haciéndolos más accesibles a la serotonina, aumentando la fluidez de la membrana celular en las neuronas [42].

Otro componente importante de la fórmula de Nutribiolite OMEGA-3+D3+K2-7 es la vitamina K. Esta vitamina está involucrada en la síntesis de los esfingolípidos (lípidos que forman parte de las membranas celulares), los cuales son particularmente abundantes en las paredes de las neuronas [43]. Los esfingolípidos participan en procesos importantes como la división, la diferenciación y el envejecimiento de las células, así como en la interacción entre estas. Las alteraciones en el metabolismo de los esfingolípidos se han asociado con el deterioro cognitivo y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Además, los estudios indican que la vitamina K también puede tener una función protectora contra el estrés oxidativo en las membranas de mielina, independientemente de su función en las membranas neuronales [44].

Relativamente a la prevención de la acumulación de placas del péptido β-amiloide en cerebro, tenemos un interesante artículo hablando sobre nuestro nuevo nootrópico sin cafeína, el MIFIRE. Sobre la síntesis de la serotonina en el organismo, también hablamos en un otro artículo sobre el 4SLEEP. Recomendamos la combinación de estos dos productos con el OMEGA-3+D3+K2-7 para ayudar en la prevención de enfermedades neurológicas.

La combinación de Omega-3, vitamina D y vitamina K para la salud de los huesos

Entre las vitaminas implicadas en el remodelado óseo, merece especial atención la vitamina D, que es imprescindible para la absorción y utilización del calcio. Además, esta vitamina actúa sobre los osteoblastos, favorece la formación de diversas proteínas de la matriz ósea y modula el crecimiento del hueso inhibiendo su degradación [45]. A su vez, la vitamina K, interviene en procesos de gamma-carboxilación necesarios en la síntesis de diversas proteínas de la matriz ósea, de las cuales la osteocalcina es la más abundante y conocida, responsable por la integración del calcio en el hueso [46-48]. Los AGPs omega-3 son beneficiosos para la salud ósea por modular la actividad de los osteoclastos y osteoblastos, controlando también los procesos inflamatorios y el metabolismo del calcio [49-51].

Cada dosis de Nutribiolite OMEGA-3+D3+K2-7 proporciona:

1000 mg de aceite de pescado con 800 mg de omega-3, de los cuales 500mg son EPA y 250 mg DHA

1000 UI (50 mcg) de vitamina D en su forma más activa, la vitamina D3

50 mcg de Vitamina K (66,7% de la VRN) en su forma más activa, la menaquinona-7 (MK7 o vitamina K2-7)

La importancia de la vitamina K para la regulación de la coagulación de la sangre

Otra función importante de la vitamina K es la formación de los factores de coagulación, imprescindible para la regulación de la coagulación de la sangre. El proceso de coagulación de la sangre depende de la activación en cascada de una serie de factores de coagulación (proteínas específicas) encargados de detener las hemorragias mediante la formación de coágulos. En la activación de los siete factores de coagulación existentes, la vitamina K tiene un papel decisivo como cofactor de una enzima que cataliza la carboxilación de ciertos residuos de ácido glutámico en los factores de coagulación para formar gamma-carboxiglutamato (GLA) [48,52].

El omega-3 en la prevención de las enfermedades cardiovasculares

Los primeros datos que evidenciaron los efectos cardioprotectores de los AGPs omega-3 en humanos, surgieron a partir de los estudios realizados en los esquimales (los inuits), quienes a pesar de tener una elevada ingesta de grasas (superior al 30% de los requerimientos energéticos), presentaban una muy baja incidencia de enfermedades cardiovasculares. Los esquimales tienen como dieta principal el consumo del pescado (mamíferos y peces ricos en AGPs omega-3) [53].

Dentro de las enfermedades cardiovasculares, la aterosclerosis es un proceso fisiopatológico de origen multifactorial de desarrollo a largo plazo. En este proceso destacan dos componentes principales; la dislipidemia (triglicéridos y colesterol elevados) y la inflamación. Los aceites de pescado han demostrado que disminuyen el colesterol plasmático y los niveles de triglicéridos a través de la inhibición de la biosíntesis de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y de triglicéridos en el hígado, sin alterar la biosíntesis de lipoproteínas de alta densidad (HDL) [54].

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