El magnesio en la forma quelada de dicitrato de trimagnesio, también conocido como citrato de magnesio 3:2, cuenta con una mayor bioabsorción (mejor absorción por el organismo) que las formas químicas de “sales inorgánicas”, más comúnmente utilizadas, como es el caso del bicarbonato, cloruro, óxido, fosfato o sulfato de magnesio [1, 2]. Además, frente al citrato de magnesio común, el dicitrato de magnesio aporta más magnesio elemental por unidad de molécula de citrato y presenta el mejor coste/beneficio entre las formas queladas.

dicitrato de trimagnesio (citrato de magnesio 3:2)
La importancia del magnesio:
El magnesio forma parte de la estructura mineral del hueso, por lo que se utiliza para prevenir y tratar la osteoporosis [3]. De hecho, el magnesio es un macroelemento esencial para la asimilación del calcio y de la vitamina D [4, 5]. El magnesio también se usa en diversas disfunciones musculares (agotamiento, calambres, espasmos, tics o temblores), ya que regula la contracción y relajación de los músculos [6]. Debido a su papel en numerosos procesos metabólicos como la activación de enzimas clave en la glicólisis, se utiliza para mejorar la respuesta y acción de la insulina en diabéticos [7]. Por otro lado, el magnesio es eficaz para prevenir o destruir los cálculos renales de oxalato de calcio, al disminuir la saturación urinaria de esta sal [8].
Estudios han demostrado que el magnesio también disminuye la ansiedad y ayuda a aliviar los dolores de cabeza y las migrañas. El magnesio favorece la normalización de determinadas funciones cerebrales. Esto tiene un efecto relajante en las paredes venosas y, por tanto, el magnesio ayuda a aliviar la presión de venas y arterias de la cabeza que provoca cefaleas y los dolores de las temidas migrañas. Estas propiedades relajantes favorecen, además, la circulación sanguínea y el sistema cardiovascular [9]. Dado que relaja los músculos, puede ser utilizado en el tratamiento del estrés crónico y mejorar la resistencia a la fatiga [10].